viernes, 20 de mayo de 2016

Mi verdad sobre el colon irritable.


Hace mucho tiempo que quería hablar sobre lo que significa para mí y en mi vida el "colon irritable".

Me gustaría contaros cómo lo sufro y qué hago para paliarlo, escribir esta historia no es fácil para mí.

Quiero recalcar que esta es mi opinión y mi vivencia, no todo el mundo lo vive igual, si esto es así para ti o es diferente y te gustaría comentar no dudes en hacerlo.

Esta es mi historia.

Desde que era bien pequeña padecía de dolores de tripa y de diarreas cuando estaba nerviosa. Mi madre siempre dice que yo era una niña tímida y temerosa, dice que tenía siempre miedo de no ser aceptada y eso la verdad es que es algo que me sigue pasando, aunque conozco la teoría de que no podemos gustar a todo el mundo...

A medida que fui creciendo esto fue pasándome con más asiduidad, sobre todo en la universidad, aunque era algo sin importancia que parecía pasarle a muchos de mis compañeros, llega un examen pues me cago por las patas literal, retortijón, que no es agradable para nadie, visita al señor roca y listo.
Acabé la universidad y empecé a trabajar y ahí empezaron a agravarse los síntomas, mucho dolor, demasiado dolor, dolor extremo, y ahí desmayo, sí, empecé a perder el conocimiento, un síncope vasovagal debido al dolor como mecanismo de defensa de mi cuerpo a un dolor insoportable, según los médicos.

Me hicieron de todas las pruebas posibles, alérgicas, digestivas... todas negativas, el médico fue muy claro: "Usted tiene un colon irritable o un síndrome de intestino irritable" (sé que debería ponerlo en mayúsculas pero me niego rotundamente).
Ahí empecé a coger mucho miedo, miedo a perder el conocimiento conduciendo o en mitad del trabajo, miedo al dolor, miedo al malestar.
Esto era un círculo vicioso porque a más miedo más somatizamos y vuelta a empezar, además los médicos se encargan de decirte que esto es emocional, por lo que cada vez que me ponía nerviosa me sentía culpable por ponerme nerviosa porque entonces podía desencadenar todos los síntomas. Además del médico, la gente también se encarga de decirte que es tu culpa responsabilidad, inocentemente, pero se encargan, incluso los más cercanos "María, es que te pones muy nerviosa con todo, te lo tomas todo a la tremenda y entonces te pones mala" "María, no te pongas así que al final te pones mala".

Con el tiempo empecé a entender mi cuerpo y a informarme por Internet y por libros como "Vivir con El Síndrome de Intestino Irritable Y Dispepsia Funcional: G- Escarti Carbonell Eduardo" y "Colon Irritable: una historia real: Esther Martí Barrios"...porque los médicos nunca me informaron de nada.
Empecé a ver que somos muchos los que padecemos esta "enfermedad" un 20% de la población, que es una enfermedad psicosomática, es decir, emociones que se representan físicamente, que además esta enfermedad es muy complicada de llevar porque te invade todas las áreas de tu vida, tiene absentismo laboral y crea dependencia. También me dí cuenta de lo poco que está investigada esta enfermedad en el mundo de la medicina y de lo poco que importa, también esto es debido a que aunque lo puede padecer un 20% de la población, muy pocos de ese porcentaje acuden a su médico.

A pesar de que esto es fácil de entender, la mayoría de la gente no suele entenderlo, y mucho menos tu médico, a no ser que des con uno con cierta empatía, generalmente te dicen que esto es así y ya está.

En mi caso particular, esta "enfermedad" me crea mucha dependencia, como el dolor es tan fuerte y pierdo el conocimiento, necesito una persona conmigo todo el tiempo cuando estoy mal.

En 2008 toqué fondo, estuve de baja mucho tiempo, los médicos me hicieron un sin fin de engorrosas pruebas (colonoscopia, enema opaco, gastroscopia...), pero nunca salió nada.

En ese momento busqué ayuda psicológica privada, aprendí ciertos recursos que me ayudaron a sobrellevar la situación, como reestructuración cognitiva, relajación, pruebas de realidad. Esta terapia fue crucial para mí, empecé a no "tomarme las cosas a la tremenda" y a relajarme, y esto era muy importante porque en mi caso cuando me daban los dolores muy fuertes, la ansiedad podía conmigo y los dolores eran aún más fuertes y los episodios eran mucho más largos. Con la terapia conseguí reducir esto y es hoy lo que me ayuda, y con lo que consigo ayudar a los pacientes que acuden a mí con esta dolencia.

Pero hay un tema que es de vital importancia, por mucho que trabajé esto, nunca conseguí quitármelo del todo, porque por mucho que los médicos y los demás te digan que esto es emocional, no podemos pedirles a las personas que dejen de sentir, sólo podemos aprender a gestionar las emociones de otra manera, pero siempre estarán ahí porque las emociones son necesarias y porque somos humanos y sentimos, esto es así, no es culpa tuya, es por esto que esta enfermedad es crónica.

Pasé unos años buenos, con los recursos que desarrollé, sólo tuve casos aislados, después tuve a mi primer hijo en 2011 y estuve bastante bien todo controlado, podía darme un caso puntual cada mes más o menos.

En 2013 volví a tocar fondo de nuevo, tuve que cogerme una baja muy larga, en la que también me sometieron a las mismas pruebas que la vez anterior, cuando no salió nada el médico decidió que todo esto era por "los nervios", y nervios tenía por supuesto, me ponía bastante nerviosa caerme redonda en la calle o no tener un baño a mano o ir en el coche con mi hijo y marearme y tener un accidente.
Me mandaron un ansiolítico, que la verdad sí que me relajó un poco pero que no me quitó los síntomas del colon irritable.

Como  los síntomas seguían estando, y los médicos no me podían ayudar más, empecé a probar medicina alternativa, fui a naturopatía, iridiología, acupuntura, terapia craneosacral, cambié la alimentación y el estilo de vida, estas terapias consiguieron que yo tuviera más control sobre la enfermedad y no la enfermedad sobre mí, aprendí cosas sobre mi cuerpo, como que comer grasas, o comidas copiosas, o mezclar comidas o ir de tapas o beber alcohcol son bombas de relojería para tu colon, pero sin ellas también me pasa. Aprendí que tienes que estar en sintonía con tu cuerpo, que tienes que cuidar la relación mente cuerpo, que el estrés y la ansiedad tienen que ser los justos y que todo esto se consigue día a día.

Un año y pico más tarde, tuve a mi segundo hijo, los casi 5 meses de baja por maternidad fueron los mejores de mi vida, si tuve algún episodio la verdad que no me acuerdo. Pero no tardó en llegar cuando me incorporé al trabajo, tuve una baja de las largas a finales de 2015, en la que me hicieron otra vez multitud de pruebas, las cuales todas negativas por supuesto, y ahora entre Abril y Mayo estoy pasando otra vez un pico importante. No pierdo la esperanza nunca de mejorar, hay muchas cosas que me funcionan, como decía la relajación, la reestructuración cognitiva y todo lo que aprendí en terapia me salvan muchas veces.

Pero aún así las crisis son muy destructivas para mí, tengo que estar de baja porque ya no son diarreas puntuales, son continuas, los mareos continuos, necesito ayuda casi para todo y ni hablar del miedo que me empieza a entrar y que me paraliza casi para hacer cualquier cosa, me debilito mucho por esto emocionalmente, como digo me da miedo cada paso que doy y tengo que hacer un trabajo personal muy fuerte para remontar, pero al final remonto, me niego a que esto sea el centro de mi vida aunque con las crisis parezca que lo es.

De todas maneras, esta enfermedad no sólo son las crisis o los casos puntuales, es tenerlo en la cabeza todo el tiempo y evitar que te afecte, salir de casa pensando cuánto de lejos está un baño, si vas en transporte público (cosa que yo evito casi en su totalidad) ir acordándote todo el camino de por qué no hay baños en el metro, sí señoras y señores, en algunos trenes de cercanías han puesto baño, en las estaciones de cercanías hay baños a los que puedes acceder, pero en el metro no hay baño ni en las estaciones, que digo yo que los de taquilla alguna vez tendrán que hacer pis, pero a eso baños no puedes acudir, te sientes atrapada... en el autobús lo mismo. Yo voy en coche a todas partes, pensando en que tenga que pararme en cualquier cuneta, o dejar el coche en doble fila en cualquier sitio para entrar a un bar al cual tendrás que pagar una consumición para poder usar su baño al menos 3 horas, y si voy con los niños ni os cuento.
O salir de viaje es todo un trabajo personal, si viajo dentro de España bueno, pero el coger un avión e ir a un país como Londres, al cual fui y me pasó que entré en tres bares que no tenían baño o eso decían.

Y luego está, por supuesto, la incertidumbre de no saber en qué momento o situación, te va a pasar, trabajando, de fiesta con tus amigos, esperando la cola del pan...

Pero lo que te hace sentir peor es cómo te tratan muchos de tu alrededor al respecto, no es sólo: "mírala como está con los nervios", si no que hay muchas personas que piensan que tienes cuento, que quieres una baja por librarte de trabajar, o que eres demasiado débil o sensible, o simplemente que después de los años se cansan de "tu enfermedad". Y, la verdad, nada más lejos de la realidad. En mi caso no me he rendido nunca, he seguido adelante a pesar del miedo, teniendo que sortear muchos obstáculos, habladurías y miradas, he tenido que enfrentarme a mis pensamientos negativos y a emociones muy desagradables que desembocaban en ataques de ansiedad, a situaciones incómodas.
Hay personas que a lo mejor están leyendo esto y que se han visto obligadas a renunciar a salir de casa para no tener que soportar lo que significa, esas personas son igual de fuertes sólo por pasar por esto y sufren, sufrimos, no pedimos mucho, quizá un poco de empatía, y saber que están a nuestro lado, un simple abrazo o un simple, "¿cómo te encuentras? si necesitas algo dímelo", nada más, con lo demás ya lidiamos nosotros.  

Tampoco quiero ser dramática, la verdad es que todo esto mejora entrenando los pensamientos derrotistas y catastróficos, aprendiendo a llevar tu enfermedad sin intentar luchar contra ella, y sobre todo aceptando quién eres, y cómo eres, desarrollando tus recursos personales y teniendo una vida saludable y sobre todo teniendo a gente a tu lado que te apoya y está contigo.

Con este post lo que me gustaría transmitir es, que si padeces esta "enfermedad" no te sientas sólo, no pienses que no hay salida, a pesar de lo que conlleva se puede llevar una vida totalmente normalizada y de calidad.
Si lo necesitas y quieres yo puedo ayudarte, no dudes en contactar conmigo y juntos encontraremos cuales son tus recursos y como usarlos para luchar con esta enfermedad.

Si, por el contrario, es un familiar tuyo o un amigo el que la padece, te pido que te pongas un poco en su lugar y en lo que le puede estar pasando, hay gente que la tiene que no le influye mucho en su vida cotidiana, pero a muchos nos influye y además es una enfermedad que debido a sus características, da vergüenza contar y expresar.

Si tú te sientes identificado con algunas de las cosas que digo o te pasan otras y necesitas ayuda o hablar, no dudes ni un momento en escribirme a maria.mendezmoya@gmail.com o contactar conmigo a través de Facebook o Twitter


Muchas gracias por leer.







sábado, 26 de diciembre de 2015

Arteterapia: mi experiencia pintando mandalas

¡Hola a todos!
Hace poco en Facebook compartí una publicación que hablaba del beneficio de pintar mandalas, lo llaman arteterapia, había oído de las virtudes de hacer esto, incluso en el Centro de Día para personas con Enfermedad Mental con el que compartimos usuarios en mi trabajo lo hacen desde hace años.
Lo que no conocía y conocí a través de esa publicación en Facebook era los libros de Johanna Basford. Son unos libros que contienen una gran variedad de dibujos y mandalas para colorear, el primero, que es el que yo me he comprado se llama Jardín Secreto.


Lo que me impulsó a querer empezar con esta práctica es que siempre me ha gustado colorear, desde que era pequeña pera también de mayor, me sentía avergonzada cuando me ponía a pintar con mi hijo y me daba cuenta al rato que hacía tiempo que mi hijo ya se había ido y yo seguía pintando sin cesar...
Cuando vi que es una técnica antiestrés me cuadró todo y cuando supe que alguien se había molestado en hacer un libro para adultos vi el cielo abierto y no dudé en pedírmelo para mi cumpleaños.
Los beneficios que yo he experimentado desde que llevo  lo practicando desde hace unas semanas son los siguientes:
- Te ayuda a relajarte, pero sobre todo a evadirte y dejar de pensar.

- Te ayuda a organizarte y a tomar decisiones.

- Los colores y el poder mezclarlos y centrarte en ellos te da mucha tranquilidad, armonía y después de pintado, satisfacción.

Pueden ser pocas cosas pero muy intensas e importantes.

Ahora voy a darte unas recomendaciones que a mi me han ayudado a la hora de ponerte a pintar mandalas:
- Para que funcione lo de relajarte, te recomiendo que al antes de empezar hagas unas respiraciones básicas, inhalar hasta el abdomen y exhalar despacio y repetir, al menos tres veces.

- Aconsejo que mientras estés pintando no estés haciendo otra cosa de fondo, a mí, por ejemplo, se me ocurrió escuchar unos audios de un curso que estoy haciendo y tuve que quitarlo porque no acababa de concentrarme.
Si estas haciendo algo el cerebro tiene que hacer atención selectiva y es mejor que sea el propio pensamiento el que fluya sin ser dirigido.
Así es como consigues evadirte y dejar de pensar.

- Otro consejo es que elijas una zona del dibujo que vas a pintar elijas la gama de colores y te pongas a ello, con esto es a lo que me refiero con lo de que te ayuda a organizarte y a la toma de decisiones, además si haces esto consigues no estar pensando durante un rato qué color usar y te centras sólo en colorear.

- Otra recomendación, que a mí me encantó, es que pongas una barrita de incienso que te guste mucho y te cree ambiente, te ayudará a relajarte más y luego a evocar el momento como algo más positivo.

- Si estas pensando en el dinero tampoco es muy caro y la cantidad de cosas que hay que pintar te durarán años, aún así, si quieres ahorrarte algo de dinero en la compra, cómprate el libro en francés, es mucho más barato y sólo tienes que pintar, no hay mucha letra.
(Yo me compre los lápices de colores de Faber Caster, son muy buenos)

Esto es todo, la experiencia ha sido buenísima y te animo a que la practiques, ahora son fechas de regalos, así que, si no sabes qué regalar o qué pedirte, ésta es una idea buena y original.

Un saludo para todos.
Gracias por leer y que paséis un buen día.

lunes, 16 de noviembre de 2015

5 preguntas clave para hacer introspección.

En muchas ocasiones, en los post, hablo de la introspección, me gustaría contarte un poco qué significa y por que me gusta esta técnica a mí.

La introspección, por definición psicológica, es la capacidad reflexiva, que la mente posee, de observar nuestro interior, nuestros pensamientos, nuestros actos, estados de ánimo o conciencia.
Es decir, la capacidad de mirar dentro de nosotros, observarnos para poder ver cómo y por qué funcionamos.

Así dicho parece fácil pero no lo es. Tanto en mi práctica profesional como en mí misma me doy cuenta que en numerosas ocasiones nos cuesta reflexionar sobre lo que nos pasa, sobre cómo reaccionamos y por qué. Quizá a veces nos es difícil porque nos da miedo reconocer ciertas partes de nuestro interior...pero no me voy a meter aquí porque es un terreno pantanoso...

Lo que me gustaría transmitir con este post es que para mí la introspección es una arma muy valiosa, con ella podemos llegar a conocernos a nosotros mismos y si nos conocemos podemos saber por qué hacemos lo que hacemos y si sabemos esto podemos llegar a saber qué pensamos y cómo nos sentimos cuando nos ha acontecido, sobre todo, una situación que nos ha generado malestar.
Con la introspección podemos indagar en qué ha podido pasar en nuestro interior para no volver a repetirlo, o si ha sido algo beneficioso podemos volver a indagar para poder repetirlo...imagínate.

Dicho esto, ¿cómo se hace la introspección?
No es algo liviano, lo primero de todo tenemos que practicarlo mucho, también es muy importante hacerse las preguntas adecuadas, para ello, yo te voy a dar alguna idea de qué preguntarse, después a ti lo mismo con estas preguntas te salen otras, pero para empezar a practicar estas son sencillas:

1. ¿Qué siento?
2. ¿Qué pensaba antes y qué pienso ahora?
3. ¿Qué me ha hecho reaccionar de esta manera?
4. ¿Cómo he reaccionado anteriormente en situaciones parecidas?
5. ¿Qué puedo yo hacer para mejorar?

Hay que tener en cuenta que igual de importante que es saber cuales son las preguntas adecuadas es importante saber cuando hacérselas. Generalmente el momento adecuado va a ser cuando haya sucedido algo que te haya hecho sentir mal, algo que te ha hecho debilitar una relación o que te haya provocado dolor.
También sería adecuado aunque pensemos que no, hacerlo cuando estés pasando un momento muy feliz, hacerlo, como decía antes, te va ayudar a que esos momentos se repitan.

Con este post tampoco te estoy diciendo que vayas haciendo introspección a todas horas, corremos el riesgo de obsesionarnos, tan solo tomarlo con una práctica que nos ayude a reflexionar en determinados momentos.

Te invito a que pruebes y me cuentes que tal te ha ido, espero que te sea de ayuda.
Por supuesto si quieres profundizar siempre puedes mandarme un mail y consultarme a  maria.mendezmoya@gmail.com

Y si te ha gustado este post y piensas que le puede ayudar a alguien más, no dudes en compartir.

Muchas gracias por leer, pasa un buen día y hasta pronto ;)

viernes, 21 de agosto de 2015

Pienso luego existo

En mi práctica profesional trabajo enseñando a mis pacientes a conocer cómo funciona el pensamiento, cómo repercute en nosotros lo que pensamos.

Durante el día nos inundan pensamientos continuamente, y depende de cómo pensamos así nos sentimos, los pensamientos regulan nuestras emociones.
Cuando tenemos un pensamiento recurrente, éste se convierte en una creencia, y eso hace que ya no haga falta ni que lo pensemos, está ahí como creencia y actuamos de acorde a ello, por ejemplo, imagina que un día intentaste hacer un bollo casero y no te salió, empiezas a pensar a raíz de eso que no vales para hacer postres, lo piensas tanto que al final te lo crees y ya no necesitas ni pensarlo, simplemente no vuelves a hacerlos y además cuando sale algo por la tele o alguien se refiere a la repostería casera, tú frunces el ceño porque "crees" sinceramente que no vales.
Es sólo un ejemplo que puede carecer de importancia porque al fin y al cabo tu mente empieza a pensar: "total si luego en el Mercadona los tengo por un euro mucho más buenos, no merece la pena".

Pero ahora imagina estos pensamientos a gran escala en áreas mucho más importantes de tu vida como por ejemplo,  relacionarte con los demás, conseguir un trabajo, exponerte al público.
Si una vez un amigo te hizo daño, de ahí puedes desencandenar una serie de pensamientos que se convierten en creencia y merman tu autoestima pensando que algo hiciste mal o algo tienes de malo que por eso se portaron mal contigo y empiezas a relacionarte de otro modo con los demás.
Todos esos pensamientos, sean pensamiento o sean creencia al final, generan una serie de emociones que son las que salen a la luz y las que pueden traernos malestar en mayor o menor grado.
(puedes ampliar información sobre las emociones, en este post)

Si lees por ahí te darás cuenta de que hay una guerra abierta en la que mucha gente se pregunta qué fue primero si huevo o la gallina, ¿qué fue primero el pensamiento o la emoción? ¿Tu que piensas?

Yo a mis pacientes les cuento que son los pensamientos los que regulan las emociones, que estos pensamientos se pueden modificar, más bien se puede entrenar para aprender a modificarlos y que posteriormente son los nuevos pensamientos lo que nos traerán emociones más agradables.

Hace poco una amiga me decía que los pensamientos no pueden controlarse en su totalidad, yo la insistía en que eso no es así, que una vez entrenados los pensamientos pueden controlarse y pueden ser amaestrados, pero ella me decía, y con mucha razón, que si llega un momento en que hay que trabajar sobre pensamientos que nos hacen daño es que ha habido pensamientos en un principio que no hemos podido controlar.
Y es muy cierto, ¿por qué? por nuestra experiencia, por el historial, por los acontecimientos vividos, por ello hay que hacer introspección, por eso con mis pacientes intento desentrañar de donde vienen esas emociones que generan malestar, qué es lo que pensaba antes de esa emoción, si es creencia, qué paso para generarlo.

Muy bien, ahora que ya hemos aprendido a cazar el pensamiento ¿qué hacemos con él?
La técnica que yo uso con mis pacientes viene de la TCC (Terapia cognitivo conductual) se llama reestructuración cognitiva, consiste básicamente y para no extenderme demasiado, en reformular una frase que pensamos y que está haciendo daño interno, y a raíz de ello, yo intento generar, en la medida de lo posible, una prueba de realidad que desmonte totalmente ese pensamiento o creencia.
En el ejemplo del bollo, después de analizar por qué cree esa persona que no vale para hacer postres caseros, y detectar el pensamiento que sería "yo no valgo para hacer postres porque un día hice uno y me salió fatal", reformularía el pensamiento diciendo "que un día intentara hacer un postre y no me saliera no quiere decir que no valga, era el primero que hacía, pasaron ciertas circunstancias, puedo hacer esto igual que he podido hacer una paella para 15 personas exquisita , sólo necesito práctica y dedicación "

Con todo este rollo que os he contado, que espero que no haya sido muy espeso, lo que quiero decir y además coincide con muchas de las frases que pongo en Facebook y con muchas de los post que escribo, es que es muy importante qué pensamos y qué cosas nos decimos, las palabras llevan mucha carga emocional y pueden hacer mucho daño. Aprende a conocerte y a anticiparte a la hora de pensar, de sentir y de actuar.

Espero haberos ayudado.
Si tienes dudas, quieres ampliar información sobre esto o sobre la terapia que hago no dudes en contactar conmigo.

Que pases un buen día.






jueves, 21 de mayo de 2015

5 consejos para gestionar las emociones

A lo largo de los otros posts habréis podido leer acerca de algunas emociones y de lo que nos hacen sentir.
Hoy quisiera dedicarme a hablar un poco más sobre ellas.
Como decía en mi primer post sobre la resiliencia existen emociones las cuales nos entregamos a ellas con decisión y otras que son más difíciles de gestionar porque nos producen dolor.

Las emociones  como son la alegría, el amor, la satisfacción no necesitamos gestionarlas, por así decirlo, las aceptamos con orgullo porque nos hacen sentir maravillosamente.
¿Qué hacemos entonces con las que son más dificiles?¿Cómo se afronta o se gestiona una emoción que produce tristeza y nos provoca? Seguramente estarás pensando.

Las emociones  como son la tristeza, la ira, el miedo, no son más que respuestas adaptativas que tiene nuestra mente para poder adaptarnos a una nueva situación.
Las emociones aunque son internas siempre van relacionadas con algo externo, es decir personas o situaciones que nos han hecho sentir de determinada manera.

Para poder gestionar o afrontar una determinada emoción es necesario, primeramente, que hagas introspección, es cierto que es una palabra muy técnica pero en cuanto empieces a usarla te darás cuenta de lo importante que es para poder ir creciendo y superando situaciones.
La introspección no es más que el conocimiento de uno mismo, tenemos que conocer quienes somos, cuales son nuestros puntos fuertes, cuales nuestros puntos débiles, qué limitaciones tenemos para poder gestionar las emociones de manera adecuada.
También tienes que tener en cuenta, a la hora de poder conocerte a ti, que cómo tu seas tiene mucho que ver con tu historia, con las experiencias que has tenido desde que naciste tanto en el seno familiar, como a medida que has ido creciendo no sólo en la familia si no también en las relaciones sociales, laborales etc...

Una vez que has hecho introspección y conoces cuales son tus maneras de actuar y reaccionar ante las diversas situaciones que se te presentan, lo siguiente es interaccionar con los demás, es con los demás con quien la vas a expresar (o por lo menos deberías, ya hablaremos de esto al final).

Si la emoción  que estas compartiendo con el de enfrente es agradable no hay nada que explicar, los dos contagiados de tanta emoción estareis más que felices.


La cosa empieza a complicarse cuando tienes que lidiar con los demás y con tus emociones que provocan malestar, ¿qué haceis vosotros con la tristeza, la ira o el miedo cuando se te presentan? ¿te las guardas? ¿las expresas con los demás?

Me gustaría darte algunos consejos que pueden serte útiles a la hora de tratar con tus emociones y con la relaciones:

1. No me cansaré de decirlo,acepta el dolor igual que aceptas la alegría. Acepta tus emociones. TODAS LAS EMOCIONES SON VÁLIDAS

2. También ten en cuenta que las emociones de los demás son igual de válidas que las tuyas.

3. No eres lo que piensas, los pensamientos suelen dirigir las emociones, así que trata de cazarlos antes de que empiecen a hacer mella, por ejemplo, un pensamiento de que no eres capaz de hacer algo puede provocar no sólo una baja autoestima si no también una emoción de tristeza acompañada, así que, si estás pensando si eres capaz o no, ten en cuenta primero tus limitaciones y luego tu motivación y disposición y convéncete de que sí eres capaz.

4. Procura no reprimir tus emociones, trata de expresar siempre lo que sientes, sobre todo en lo que se refiere a la relación con los demás, piensa que cuanto más te expreses con el otro, más sana y sincera será tu relación, y en cuanto tienes una conversación con el otro en el que expresas cómo te sientes esas emociones suelen calmarse.

5. Estudia tus reacciones ante las emociones. Valora si tus reacciones son adecuadas, si por ejemplo tu emoción es ira y sueles reaccionar de una manera poco adecuada, prepara un plan de actuación para relajarte para no tomar decisiones en ese estado, por ejemplo.

Espero haberos ayudado con este post, si tenéis dudas o queréis consultarme algo en particular podéis mandarme un mail.

Que paséis un buen día!!

(Este post esta reeditado, en un principio hablaba sobre "emociones positivas y negativas", quisiera aclarar que esto lo hice así debido a que quería diferenciar de algún modo cuales son las emociones que nos producen sensaciones agradables de las que producen sensaciones desagradables, recalcar que todas las emociones son válidas cómo decía antes y que eliminar los extremos puede hacernos sentir mejor)



martes, 5 de mayo de 2015

La frustración

Puede parecer un tema poco atractivo para tratar en un post, pero pienso que es muy importante que le dediquemos un poco de tiempo, reflexionemos un momento ¿qué grado de tolerancia a la frustración tienes?¿que recursos utilizas para afrontar esa frustración? 
Si aprendemos a gestionar la frustración ya desde pequeños, podemos dotarnos de unos recursos enormemente valiosos para el futuro, e incluso podemos evitarnos tener que acudir a ayuda profesional, ya que si esto no se trabaja puede derivar en problemas psicológicos que dificultan el día a día. 

La frustración es una respuesta emocional que aparece cuando hay unas expectativas que no están satisfechas, en sí misma conlleva un reguero de emociones, desde el enfado a la ira pasando por la tristeza e incluso el miedo.




Podemos encontrar multitud de definiciones pero la que más me gusta es la que se refiere a la desintegración emocional, me parece una manera muy gráfica de definir las sensaciones por las que te lleva la frustración, emociones que se desatan una tras otra nublando nuestra manera de actuar. 
      
Hay algo muy importante en la frustración, que es además lo que hace verdaderamente difícil gestionarla, y es que ésta depende de la personalidad y de variables que no pueden controlarse fácilmente.
Por ejemplo, ante una crítica una persona tímida puede reaccionar de una manera muy diferente que una persona extrovertida, o por ejemplo ante una situación que no podemos controlar tan fácil como puede ser un atasco el día que tenemos que llegar pronto al trabajo ya que tenemos que hacer una presentación importante, no le afecta igual a una persona que a otra, no solamente por el tipo de personalidad si no por las circunstancias que pueden rodear a la vida de esa persona, si, por ejemplo, el atasco es el viernes antes de tus vacaciones no te afecta igual que si es el lunes después de tus vacaciones (en este ejemplo como ves se incluyen variables personales y externas).

Generalmente, tenemos tres maneras de afrontar la frustración:
- Ira. En el ejemplo del atasco muchas personas reaccionarían gritando al de enfrente, pitando o insultando. 

- Huida. Si una situación nos crea frustración, por ejemplo por fin estás en ese trabajo que tanto has deseado y un compañero día a día te pone obstáculos, tu acabas dejando el trabajo.

- Sustitución. Esta sería la manera más saludable de afrontar la frustración, cuando alguna situación nos crea ansiedad, elegimos otra vía para alcanzar ese objetivo que reduzca esa ansiedad.                                                                                                                                                               
Esto así leído ya produce cierta inquietud interna en un adulto, imaginaos ahora que sois un niño de 2, 3, o 4 años, un niño que todavía no lleva en el mundo el suficiente tiempo como para aprender qué hay que hacer, un niño sin recursos interiores que de repente se encuentra con situaciones a las que enfrentarse que le producen todas las emociones de las que hablaba antes como son la ira, la ansiedad, el enfado, la tristeza. 
Desde que nacemos nuestra tolerancia a la frustración es 0, somo los padres y educadores responsables de esto y aunque es cierto que hay una personalidad latente, sí que es necesario ayudarles, enseñarles y entrenarles a gestionar estas emociones.

Si tú, que me estas leyendo ahora mismo, tienes hijos, probablemente estarás pensando "que lista!"  que no es nada fácil enseñar a un niño pequeño a tolerar la frustación y menos aún enseñarle a generar recursos para gestionarla.
Incluso es probable que puedes pensar que primero necesitas aprender tú algunos truquitos para gestionar tu propia frustración. 

Pues si estás pensando esto has dado en el clavo leyendo este post.
Aquí te voy a dar unos consejos para poder aplicarnos a nosotros mismos y luego otros que pueden ayudarte con tus hijos.

Para poder orientarte un poco vamos a retomar las preguntas que nos hacíamos al principio
¿Qué grado a la tolerancia a la frustración tengo?
¿Qué recursos utilizo para afrontar esta frustración?

- El primer consejo que voy a darte viene del primer principio del Coaching, tú eres el responsable de tu situación, pregúntate ¿qué puedo hacer yo ahora mismo para mejorar mi situación? Cuando te preguntes esto automáticamente te darás cuenta de qué recursos posees y cómo puedes usarlos, después te preguntarás ¿qué necesito yo ahora para conseguir esto? 
Estas preguntas te ayudarán a organizarte, a pararte a pensar, y sobre todo a actuar.
En el ejemplo del atasco, aunque tú no puedes hacer nada para que el atasco se disuelva sí que puedes reestructurar tus pensamientos, hacer respiraciones para relajarte...

- El segundo consejo es aceptar nuestras limitaciones. Como decía al principio, la frustración surge cuando hay unas expectativas que no están satisfechas, a menudo solemos ponernos objetivos poco realistas o expectativas demasiados exigentes, cuando hacemos esto la frustración que nos sobreviene va directamente proporcional provocando todo ese reguero de emociones de las que hablábamos antes que si no son debidamente atajados pueden traernos muchos problemas.

- El tercer consejo que va relacionado con el primero es que pienses que eres suficiente, este término lo he aprendido hace poco de una psicóloga que me ha aportado estrategias muy útiles para fomentar la autoestima y así poder reducir la frustración, puedes y debes leer su post "Eres suficente. En Serio" pinchando aquí.
También puedes seguirla en Twitter y seguir aprendiendo de ella @psicosuperviven

- Y el cuarto y último consejo es que te relajes, puedes aprender alguna técnica de respiración, darte un ducha, quedar con un amig@ que puede darte un punto de vista diferente, hacer un deporte como andar, correr, yoga, pilates, algo que te dediques a ti mismo durante un tiempo para poder relajar cuerpo y mente, y poder ver las cosas mucho más claras.

Aunque no lo creas todos estos consejos que a tí te vienen muy bien directamente a tu hijo también le benefician por varias razones:

- Los niños necesitan unos padres felices.
- Los niños aprenden las cosas a través del modelado, si ven a sus padres reaccionando con tranquilidad ante un conflicto copiaran ese modelo de conducta, es otra manera que vas a tener de enseñarle.

Ante la frustración de tu hijo, puedes ayudarle de varias maneras:

- Tienes que tener en cuenta (hablando de niños de edades muy cortas) que tu hijo no sabe esperar, todavía no tiene desarrollado el concepto de tiempo, y es ahí cuando hay que empezar a trabajar con él la tolerancia a la frustración.

- Debes evitar los intentos que tenemos los padres de sobreproteger a los hijos para que no sufran, si intentas hacer que tu hijo no se frustre puedes interferir en su desarrollo emocional.

- Enseña a tu hijo a esforzarse, ponerle pasión a cada cosa que hace, explicándole que las cosas no son fáciles y que hay que dedicarles tiempo y ganas, con esto es importante que entienda que se puede fallar, que no sólo no pasa nada si no que aprenderá de los errores.

- Fomentar su autonomía. Si aprende a hacer cosas por sí mismo, subirá también su autoestima, conocerá sus límites y la tolerancia a la frustración crecerá.

- Poner objetivos realistas. Relacionado con nosotros mismos menos se frustrará cuanto más real y adaptado así mismo es su objetivo.

Aún así tienes que pensar que tu hijo va a frustrarse en un algún momento, y tendrá ese tipo de emociones, y como es un niño las mostrará en forma de gritos, lloros, se tirará al suelo, tendrá esas rabietas que tanto nos frustran a los adultos, pero como tu tienes tus truquillos para luchar con tu frustración podras atender a tu hijo y enseñarle lo que necesita.

Mi amiga @mama_conscient (síguela en Twitter) ha escrito un post llamado "De libros y rabietas" donde explica de manera muy gráfica y educativa, a traves del libro "El cerebro del niño", cómo funcionan los niños a nivel emocional cuando tienen una rabieta, léelo aquí , podrás aprender cómo ayudar a tu hijo a superar esas emociones.

Hasta aquí todo por hoy, espero que os haya aportado algo que mejore un poquito vuestras vidas.



martes, 28 de abril de 2015

¿Quien Soy?

Me gustaría que conocieras un poco sobre mí, para que entiendas por qué quiero ayudarte. Me llamo María y tengo 33 años, estoy casada y tengo dos hijos. Soy psicóloga desde el año 2005, me he dedicado desde el principio a la clínica, he tratado tanto con personas con enfermedades graves, como leves o sin enfermedad, porque simplemente quieren sentirse mejor consigo mismas.

Yo también he tenido que pasar en mi vida por un porceso en el que tuve que sentarme a decidir qué era lo que podía hacer yo por mí misma para sentirme mejor, y eso es lo que te ofrezco en mi página web, una posibilidad online, para que pueda orientarte en esa puesta en marcha para mejorar tu vida.

Si estás leyendo esto esperando a que te cuente cual es mi estilo profesional o que corriente psicológica sigo a la hora de tratar a mis pacientes no lo vas a encontrar. Tienes qeu saber desde ahora mismo que yo simpre trabajo adaptándome a las necesidades del paciente, puede que una persona necesite debido a su fobia social un tratamiento cognitivo conductual, puede que debido a suc arrera profesional y aun bache necesito Coaching, o puede que neceiste una oritentación mas dinámica. Eso no lo se yo hasta que no hable con mi paciente, hasta que lleguemos a tener una relación terapeútica que me ayude a ahondar en su problemástica yo me adapto a mi paciente y no mi paciente a mí.

De todas formas si aún así quieres saber un poco de mi trayectoria profesional, puedes echar un vistazo a mi Linkedin.

Si te gusta lo que te cuento, te cuadra y necesitas mi ayuda puedes saber mas sobre mis servicios en mi página web.
http://psicologiamariamendez.webnode.es/ 

Gracias por entrar.